Bajo el subsuelo de Edimburgo se esconde una antigua y claustrofóbica ciudad subterránea sepultada bajo numerosas plantas de nuevas construcciones, que fueron elevándose una tras otra en vertical.
Oculto debajo de Ciudad medieval de Edimburgo no está en una serie de calles subterráneas con un pasado desagradable. Mary King's Close es donde víctimas de la plaga fueron puestos en cuarentena y donde hay cuentos de muchas personas mueren en el siglo 17.Actividad Paranormal abunda allí.
Es posible que, por ejemplo, sentir un poco de dulce tirando de las manos y las piernas por una fuerza invisible. La causa se cree que es el fantasma de Annie, una joven abandonada por sus padres en 1645. Más de un centenar de años más tarde, en la moda clásica película de terror de hadas, un nuevo edificio fue construido en gran Mary King's Close, dejando las calles, incluyendo la plaga fantasmas, bajo tierra intacta. En 2003, el sorprendentemente bien conservado cerca se abrió para los visitantes, atraídos por los cuentos de sus tejemanejes sobrenaturales-en. Los guías le acompañará por una escalera de piedra en los carriles vaultlike, opresivo. Además de la habitación de Annie, que son típicas recreaciones de formas de vida pasada y la peste muertes. Sólo recuerde que seguir en movimiento, especialmente cuando te sientes un escalofrío repentino.
Desde la Edad Media, Edimburgo albergó una gran población encerrada bajo los muros de la ciudad antigua. Para tratar de paliar la insuficiencia de viviendas, los edificios se fueron amontonando unos sobre otros, llegándose a levantar hasta diez alturas en construcciones precarias ideadas para soportar muchas menos plantas. En ocasiones, las nuevas edificaciones se elevaban sobre las ruinas de las antiguas. Incluso un enorme puente fue rodeado de edificios, quedando sus arcos enterrados en el subsuelo.
Vivir en aquellos barrios subterráneos no era fácil: la luz que llegaba era muy escasa, no existía abastecimiento de agua y la ausencia de ventilación hacía que el olor fuese nauseabundo. Lógicamente, la gente adinerada vivía en la superficie y la población más deprimida y marginada se fue aglutinando en las viviendas más alejadas del exterior
Algunos comerciantes, muchos inmigrantes y los sin hogar se establecieron en aquel ambiente subterráneo, casi sin aire y sin luz. Con el tiempo, los delincuentes, el comercio de mercado negro y la prostitución se infiltraron en esta sociedad, que cuanto más descendía en el subsuelo era más depravada y peligrosa.
Muchas historias y leyendas tuvieron su origen en este submundo. Por ejemplo, los ladrones de cadáveres, que no sólo los extraían de los cementerios sino que también los conseguían estrangulando a personas de estos barrios para proporcionar sus cuerpos a los estudiantes de medicina a cambio de dinero. También se movía por la ciudad subterránea Deacon Brodie, respetable ebanista durante el día y ladrón y asesino sin escrúpulos de noche, cuya vida inspiró a Robert Louis Stevenson su novela El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Al parecer, el padre de Stevenson tenía muebles de Brodie
La aglomeración urbana y la falta de higiene eran terreno abonado para infecciones y plagas. Las aguas fecales que durante el curso del día se acumulaban en ollas, se tiraban a la calle por las ventanas a partir de las 10 de la noche. La gente solía avisar a los viandantes con gritos de ¡ten cuidado!o de ¡ojo con…!.
Maqueta de los barrios subterráneos
Entre los lugares más castigados por esta enfermedad estuvo Mary King’s Close y las calles aledañas. Una leyenda muy extendida dice que, para evitar la expansión de la epidemia, las autoridades adoptaron la decisión de tapiar la zona para impedir la salida de los enfermos, condenando así a toda la población, contagiada o no, a una muerte inexorable. Al cabo de unos meses, cuando se derribaron los muros, el Ayuntamiento ordenó la recogida de los restos putrefactos de los cadáveres, que fueron descuartizados por carniceros para su transporte, y la limpieza de la zona. Después, las casas se pusieron a disposición de aquellos que quisieran habitarlas. De nuevo, la población menos afortunada se adentró en aquellos barrios oscuros e insalubres
Entrada a Mary King’s Close
Sin embargo, nuevas investigaciones arqueológicas han revelado que las víctimas de la enfermedad no fueron encerradas ni se dejaron morir de hambre. Al parecer, las personas infectadas se recluían en sus casas e indicaban su situación mostrando una pequeña bandera blanca en la ventana. Como respuesta, se les entregaba a diario pan, cerveza, carbón e incluso vino y, en ocasiones, un médico las visitaba. Pero poco podía hacer la medicina para combatir esta terrible enfermedad. Los limitados y, muchas veces, francamente peligrosos tratamientos médicos de la época no evitaban la muerte de los enfermos e incluso la del mismo médico, que terminaba contagiándose
Interior de una vivienda de Mary King’s Close. En estas pequeñas casas podían llegar a vivir hasta doce personas
Hacia el 1830, el Edimburgo subterráneo fue sepultado por completo bajo las nuevas construcciones. Aquellos oscuros barrios habían albergado al lado más miserable de la humanidad y la sociedad del siglo XIX quiso ocultarlos para evitar su desagradable recuerdo y, efectivamente, con el tiempo, la gente olvidó que existían. Pero, a mediados de los años ochenta, fueron descubiertos, casi por casualidad y, en la actualidad, son explorados por numerosos visitantes que se sienten atraídos por la misteriosa atmósfera que los envuelve.
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